«La mañana sube, poco a poco, trepando como un gusano por los corazones de los hombres y de las mujeres de la ciudad; golpeando, casi con mimo, sobre los mirares recién despiertos, esos mirares que jamás descubren horizontes nuevos, paisajes nuevos, nuevas decoraciones.
La mañana, esa mañana eternamente repetida, juega un poco, sin embargo, a cambiar la faz de la ciudad, ese sepulcro, esa cucaña, esa colmena...»
La Colmena, Camilo José Cela.
Madrid 1942. No Café A Delícia confluem as vidas de pessoas de procedências e costumes muito diversos.
A Colmeia, de Mario Camus, 1982